
Sin lugar a dudas la figura más prominente de todas las épocas es Jesús de Nazaret. Nadie que tenga algún conocimiento de EL, ya sea por cultura o por simple conocimiento académico o por más precario que sea este conocer, ha podido quedar indiferente. Aun la historia ha quedado dividida por su persona y es así como vemos un antes de Cristo y un después de EL.
Hoy sabemos más de su vida, de las costumbres de su época, del lenguaje que hablaba, esto debido al avance y desarrollo de ciencias que se han dedicado a estudiar y profundizar la persona de Jesús.
Pero, aunque lleguemos a conocer todos los aspectos relativos a la vida y aun de su obra en la tierra, hay un aspecto que verdaderamente resulta sin escrutinio alguno, es a saber lo relacionado con su encarnación. El eterno logos como lo presenta el apóstol Juan, aquel que estaba cara a cara con Dios, por medio del cual todo fue creado y sin el nada de lo que ha sido creado fue hecho, se hizo carne.
Resulta tan maravillosamente y a la vez tan asombroso entender, si es que alguna vez podremos entender a cabalidad lo que realmente significa que Dios se hizo hombre. Ante esto entramos en humilde adoración ante el trono celestial por su bendita encarnación.
La presente monografía es parte de esta adoración que me uno a los redimidos por la bendita palabra de Dios:
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”
Mateo 1:23 RV1960
Dios con nosotros…
Esta es una expresión tremenda debido a su profundidad en todo el contexto de lo divino y humano, por consiguiente, es de mucho valor empezar con ella, desde el origen de su pronunciamiento. Esto nos lleva a los tiempos del profeta Isaías. (Isaías 7:14) “..Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel(1)..”
El contexto de este texto es significativo para el desarrollo del concepto que Mateo introduce en su evangelio, el cual nos introduce a la concepción virginal de Jesús y como esta había sido profetizada en Isaías. Veamos un poco este contexto de Isaías. El profeta está dirigiendo su mensaje al Rey Acaz el cual estaba siendo amenazado por el rey de Israel Peka y el rey de Siria Rezin, estos dos reyes estaban formando una coalición para dominar Judá. Si esto tenia éxito la sucesión de la dinastía de David quedaría extinguida y obviamente emergería otra sucesión a la línea real sobre el trono de David. Esto tenia al Rey de Judá que es Acaz muy inquieto y preocupado y sin confiar en Dios ante lo cual lo lleva a realizar una alianza con los Asirios, pero en ese momento es que el profeta Isaías alienta y anima de parte de Dios al Rey y le indica que esta unión o coalición entre el Rey de Israel y el rey de Siria no iba a tener éxito, y que debía confiar en el Señor. Ante esto Isaías le indica al rey que le pida al Señor una Señal para confirmar que Dios estaría con él y que no debía tener temor. Pero el rey se negó hacer esto en una falsa modestia y fue el profeta que le dio la señal. (Isaías 7:14):
“La virgen concebirá, y dará a luz, un hijo y llamará su nombre Emanuel”
Ahora bien, todas las dificultades que se levantan o caen a este texto en lo referente a si Isaías coloca un vocablo que indicaría doncella a diferencia del que Mateo indica como virgen, o si esta profecía es de referencia doble o referencia única, tienen su explicación, y concuerdo con Pérez Millos en su comentario de Mateo al citar a H.A. Ironside:(2)
“Emanuel, como todos sabemos, quiere decir Dios con nosotros. El hijo de la virgen sería Dios mismo manifestado en carne. Solamente la incredulidad podría querer anular o neutralizarla la fuerza de este pasaje, interpretando la palabra “virgen” como “mujer joven”, y tratando de decir que esa joven mujer era la esposa del profeta, y el hijo nacido, su hijo. Es cierto que la palabra virgen puede significar además mujer joven, o mujer soltera, pero cada mujer soltera (y en especial en aquellos tiempos) era presumiblemente una mujer virgen…”
Tal como indica la referencia, no se concebía en esos tiempos una doncella que no fuera virgen, por ende, la concepción virginal era realmente una señal portentosa, milagrosa, y si fijamos la mirada además que esta palabra profética fue dada a un rey del linaje de David, cobra mucha fuerza por lo tanto esto como una señal mesiánica y debería haber sido muy conocida. Entonces no es de extrañarse que Mateo bajo la inspiración del Espíritu Santo vinculara esta palabra a lo acontecido con el nacimiento de Jesús. Donde claramente la virgen es María y lo que en ella es engendrado, del espíritu Santo es. Por lo tanto, el hijo es Jesús que es Dios con Nosotros.
Esta señal se cumplió cabalmente en forma portentosa, milagrosa, asombrosa y única en Jesús. Es EL, el hijo unigénito del padre, es Dios hecho carne, es el verbo hecho carne.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (3)
Diferentes herejías
Sin duda alguna la figura de nuestro Señor Jesucristo es tremendamente vital para absolutamente todo, ya que no se trata de un mero hombre ni tampoco de un ángel con algunas credenciales especiales, sino que es verdaderamente el único Dios-hombre, esto evidentemente ha traído a lo largo de la historia y muy principalmente al comienzo una discusión en contra de las muchas herejías que se levantaron en torno a esta verdad.
- Los ebionitas
Como podemos ver desde el comienzo se levantaron argumentos en contra de Cristo considerado a la vez Dios y hombre. Por un lado, tenemos a los ebionitas una secta judía que actuaba fuera de la Iglesia y por ende no fueron reconocidas como cristianas, ellos intentaron negar la deidad de Cristo para mantener la postura monoteísta. Luis Berkhof nos dice de ellos lo siguiente:
“Consideraron a Cristo como un mero hombre, hijo de José y de María, que en su bautismo fue capacitado para ser el Mesías mediante el descenso del Espíritu Santo sobre El.”(4) - Los alogistas
También hubo grupos en la Iglesia primitiva que concordaban con esta herejía, eran los alogistas, estos negaban que Jesús fuera el logos, negaban lo que el evangelista Juan decía en su evangelio porque lo consideraban que estaba en conflicto con el resto del Nuevo Testamento. Luis Berkhof nos dice de estos lo siguiente:“…Vieron también en Jesús un mero hombre, aunque nacido maravillosamente de una virgen, y enseñaron que Cristo descendió sobre él (Jesús) en el bautismo, confiriéndole poderes sobrenaturales.”(5)
En estos se distingue la separación que hacían entre Jesús y el logos, entre lo humano y lo divino, por un lado, Jesús era un hombre como cualquiera y el logos lo divino que hizo su morada en lo humano de este Jesús. - Los Gnósticos
Así como estos negaban la deidad de Cristo hubo también otros que negaban su humanidad, es en este grupo que encontramos a los Gnósticos.
Los Gnósticos tenían una fuerte influencia griega sobre el bien y el mal, estos tenían una postura dualista, por ende, para ellos la materia era inherentemente mala y se opone al espíritu. Al respecto del pensamiento de los Gnósticos Charles Hodge nos indica algo sobre este:
“Dios es la única fuente de bien. Como el mal existe, tiene que tener su origen no sólo fuera de ÉL, sino independiente de ÉL. Pero ÉL es la fuente de todas las existencias espirituales. Por emanación de Su sustancia se producen seres espirituales. De ellos proceden otras emanaciones, y de estas aun otras, en un deterioro siempre en aumento, conforme a su distancia de la fuente primordial. El mal surge de la materia. El mundo no fue creado por Dios, sino por un espíritu inferior a ÉL.”(6)
Por lo tanto, estos creían que el Hombre consiste de un espíritu derivado de Dios en unión con un cuerpo material y un alma animal. Y en relación a esto lo espiritual queda contaminado y atado. Para ellos la redención era la liberación del alma del cuerpo para volver a los espíritus puros.
Por ende, rechazaron la idea de la encarnación, Dios manifestándose en carne, era difícil para ellos por esta unión de lo espiritual con la materia. Ante la persona de Cristo algunos de ellos indicaban que no tenía un cuerpo real o que lise llanamente carecía de alma humana, era una especia de fantasma o una aparición sin sustancia o realidad. - Los Docetistas
A esta postura se le llamo Docetistas del griego dokeö, que significa aparentar, parecer ser. Tal como lo indica Justo Gonzalez:
“Estos eran los llamados “docetas”, de una palabra griega que significa “apariencia”. Según ellos, el carácter humano de Jesucristo era sólo una vestimenta o apariencia externa, una especie de engaño para quienes no tenían ojos para ver las realidades “espirituales””(7)
La Persona de Cristo
Estas posturas sobre la negación de la divinidad o la negación de la humanidad de Jesús llevaron a la iglesia a definir oficialmente la doctrina, algo que la comunidad cristiana no tenía dudas por la fe y la contundencia de las escrituras, pero el dogma oficial, universal aún no se había fijado. Esto vino en los diferentes concilios que se celebraron de los cuales hare mención más adelante.
Apolinar
Una vez establecido el dogma empezaron a preguntarse qué relación existía entre sí, las dos naturalezas de Cristo, acá aparecen posturas como la de Apolinar, obispo de Laodicea en el año 361 d.C. Veamos que nos dice Wayne Grudem al respecto:
“(Apolinar)…enseñó que la persona de Cristo tenía un cuerpo humano, pero no una mente ni un espíritu humano, y que la mente y el espíritu de Cristo procedían de la naturaleza divina del hijo de Dios.”(8)
Apolinar intento dar como una solución a la pregunta, adoptando el concepto tricótomo de los griegos relacionado al hombre, pero fue rechazado por los líderes de la Iglesia antaño en diferentes concilios.
Nestorio
También tenemos el punto de vista nestoriano, Nestorio fue un predicador popular en Antioquia, y desde el año 428 d.C. Fue obispo de Constantinopla.(9)
El concepto nestoriano indica que Cristo tenía dos personas en un cuerpo, más bien que una persona. En simples palabras afirma una doble personalidad en nuestro Señor. Aunque Nestorio mismo no enseño esto si fue la doctrina que fue acusado, finalmente fue depuesto y desterrado y murió en el 440 d.C.
Eutiquismo
El punto de vista opuesto al nestorianismo se llama Eutiquismo o Monofisismo, este término viene del griego monos “una” y physis “naturaleza”. Lo que indicaba en la postura herética de que en Cristo como teniendo una sola naturaleza. Fue Eutiques el que enseño este punto de vista, Eutiques vivió entre el 378 y 454 d.C. él fue un presbítero de Constantinopla.
En las palabras de Grudem el Eutiquismo enseña:
“Eutiques enseño un error opuesto al nestorianismo, porque negó que la naturaleza humana y la divina permanecieran completamente humana y completamente divina. Sostuvo más bien que la naturaleza humana de Cristo fue tomada y absorbida por su naturaleza divina, de modo que ambas naturalezas cambiaron de alguna forma y surgió una tercera clase de naturaleza”(10)
Esto obviamente trajo preocupación en la Iglesia de aquel entonces ya que según esta posición Cristo ya no era verdaderamente Dios ni era verdaderamente humano y si esto fuese así, la salvación sería casi imposible, toda vez que Cristo no podría identificarse con los hombres ni mucho menos ser Dios y obtener eterna salvación para nosotros.
Los Concilios
Ya hemos visto algunos de los puntos de vistas heréticos más controversiales que la Iglesia tuvo que lidiar con ellos, y para esto la Iglesia realizo variados concilios con el fin de preservar la verdad bíblica y dar una confesión a todos los verdaderos creyentes que de alguna manera u otra se sintieron tocados por estas sombras que nublaban la claridad de la fe.
En este siguiente punto veremos como la Iglesia se defendió a través de los diferentes concilios que en la historia llamo y como consecuencia de este hecho el dogma de Cristo fue fijado.
El camino hacia la fijación o el consenso dogmático, no fue fácil ni estuvo exento de problemas, en palabras de John Stott nos indica:
“Fue un proceso complejo, ensombrecido a menudo por lamentables arrebatos de ira, celos, traiciones e intrigas políticas. Al mismo tiempo, sin embargo, puede percibirse la paciente obra del Espíritu Santo capacitando a la iglesia para esclarecer y establecer su posición cristológica.”(11)
Este camino que se recorrió ve su fruto en los concilios ecuménicos, en un resumen podríamos indicar lo siguiente de éstos, para luego ver como se desarrollaron cada uno de estos y sus conclusiones.
- El Concilio de Nicea (325) estableció que Jesús es verdaderamente Dios
- El Concilio de Constantinopla (381) concluyó que Jesús es verdaderamente humano.
- El Concilio de Éfeso (431) dejaría establecido que, aunque Dios y hombre, Jesús era una sola persona.
- El Concilio de Calcedonia (451) se resolvió que, aunque era una sola persona, tenía dos naturalezas: la divina y la humana. (12)
Nicea
Cada uno de estos concilios es convocado para combatir alguna postura herética como hemos dicho anteriormente, en el caso del concilio de Nicea (325), es convocado a causas de las enseñanzas de Arrio el cual enseñaba que Cristo no era Dios, ni eterno, solo una criatura perfecta, que tuvo un principio y que fue creado de la nada. El concilio condeno a Arrio y promulgo el credo de Nicea que afirmaba que nuestro Señor Jesucristo fue engendrado y no creado y que es verdaderamente Dios. Parte de este credo en lo referente a Cristo indica:
“Creo en un solo Señor, Jesucristo, hijo de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;”(13)
Constantinopla
Luego tenemos el concilio de Constantinopla (381), este concilio fue convocado por las enseñanzas de Apolinar que negaba que Cristo tuviera una verdadera mente o alma humana, así que una vez que se fijó que Cristo era verdaderamente Dios, ahora la Iglesia afirmaba a través de este concilio que Cristo es verdaderamente humano.
Éfeso
Para el año 431 tenemos el concilio de Éfeso, éste fue convocado a causa de las enseñanzas de Nestorio, el cual dividía a Cristo en dos personas, Cristo divino y Jesús humano. El verbo habitaba en el hombre. Se afirmó que el Verbo se hizo carne de un modo muy real, uniéndose plenamente con la naturaleza humana, por lo tanto, aunque dos naturalezas, Jesús era una persona.
Calcedonia
Ahora bien, tenemos el concilio de Calcedonia (541), con el propósito de resolver el problema surgido por el Eutiquismo o monofisismo, se convocó el concilio de calcedonia cerca de Constantinopla(Estambul). Este concilio es reconocido por la cristiandad como la definición formal y ortodoxa de la enseñanza bíblica sobre la persona de Cristo desde esa fecha.(14), aunque cabe señalar que tres grupos localizados de las antiguas Iglesias rechazaron la definición, La Iglesia Ortodoxa Etíope, La Iglesia Ortodoxa Copta(Egipcia), Y la Iglesia Jacobita Siria.(15)Citamos un extracto que nos presenta Stott de la declaración de Calcedonia:
“Confesamos, con una sola voz, que el único Hijo, nuestro Señor Jesucristo, es perfecto en deidad y perfecto en humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre… es de una sustancia ( homousios) con el Padre como Dios , y también de una sustancia ( homoousios) con nosotros como hombre… fue engendrado por su Padre antes de los tiempos como Dios, pero en estos últimos días y para nuestra salvación nació de la virgen María… este único y mismo Cristo… se da a conocer en dos naturalezas sin confusión, sin cambios, sin división, sin separación…”(16)
Con este concilio termino el conflicto acerca de Cristo y no ha habido posteriores cambios de la Doctrina de la Iglesia, las afirmaciones que de esta emanan han sido recibidas como la verdadera fe por las Iglesias católica, Griega, Latina, y Protestante.(17) Cabe destacar un hecho importante en lo referente a Calcedonia, que varios autores indican que, en la época de la reforma, los reformadores se adhirieron completamente a la doctrina de la Iglesia primitiva, ellos no vieron la necesidad de alterar o cambiar las declaraciones cristológicas.
Ellos rechazaron de manera tajante todas las herejías acerca de la persona de Cristo que la Iglesia primitiva había condenado. Los reformadores estuvieron de acuerdo y enseñaron lo que estos concilios generales enseñaron, esto queda plasmado en la confesión de Westminster:
“El hijo de Dios, la segunda persona de la trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, de la misma sustancia, e igual con el Padre, cuando llego la plenitud del tiempo, tomó sobre sí la naturaleza humana, con todas las propiedades esenciales y con sus flaquezas comunes, pero sin pecado; siendo concebido por el poder del Espíritu Santo, en el vientre de la Virgen María, de la sustancia de ella. De tal manera que dos enteras, perfectas y distintas naturalezas, la divinidad y la humanidad, fueron unidas inseparablemente en una Persona, sin conversión, composición o confusión. Dicha Persona es verdadero Dios y Verdadero hombre, sin embargo, un solo Cristo, el único mediador entre Dios y el Hombre” (18)
Union Hipostática
Es importante definir la palabra “sustancia” que usa la confesión de calcedonia, es el termino griego “hypostasis” que significa “ser”. De esto se conlleva que la unión de las naturalezas humana y divina de Cristo en una sola persona es llamada unión hipostática, lo que podríamos decir que la unión de las naturalezas humana y divina de Cristo en un ser.(19)
Por lo tanto y tal como la Escritura nos enseña, tanto la Naturaleza humana de Cristo como la Divina mantuvieron su total integridad después de la encarnación, uniéndose hipostáticamente, es decir en un ser.
Conclusión
Ahora bien, lo vital y relevante es que Dios está con nosotros, identificado plenamente con nosotros, conocedor en esencia de nuestras aflicciones, temores, dolores, etc. Podríamos decir que la esencia de la encarnación radica en esta identificación total con la humanidad. En palabras de John Stott:
“La esencia de la encarnación radica en que el Hijo de Dios entró en nuestro mundo, negándose a permanecer a distancia. Asimismo, dejó también claro que su deseo para con sus seguidores era que, de manera similar, se identificaran con el mundo. “No ruego –le dijo al Padre– que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17:15), y añadió “como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18).” (20)
Esto es un claro mensaje que el creyente verdadero no debe apartarse de este mundo en busca de santidad o de un misticismo, sino que su acción es en semejanza de su Señor encarnado. Es clara y evidente la enseñanza de Cristo que nos indica que solo cuando servimos experimentamos libertad o cuando nos perdemos a nosotros mismos amando al otro, verdaderamente nos hallamos, cuando nos negamos a nuestro egocentrismo y tomamos la cruz, comenzamos a vivir verdaderamente. Este es el ejemplo supremo de amor e identificación en que Cristo siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para que nosotros fuésemos ricos en EL.
En voz de Justo Gonzalez el cual nos indica en que consiste el carácter cristiano:
“Porque la encarnación, además de ser un acontecimiento en un momento de la historia, es la revelación del modo como Dios actúa para con nosotros los hombres, y, por ende, el fundamento de nuestra actuación para con los demás hombres.”
Revolución y Encarnación de Justo L. Gonzalez. Página 18
Pero para no caer en estas herejías que hemos mencionado anteriormente, tanto en el ebionismo o docetismo o en alguna herética concepción de la persona misma de Cristo, lo cual distorsionaría todo lo demás, desde cómo me veo a mi mismo hasta como veo el alrededor, es decir afectaría la cosmovisión de todo.
Y esto afectaría inevitablemente la relación con mi prójimo y como consecuencia no estaríamos viendo la verdad de la encarnación, que eminentemente es escatológica, es decir, como Dios interviniendo en la historia para mostrarnos su presencia y siendo glorificado en esto. Estoy totalmente de acuerdo con la afirmación de Justo Gonzalez que nos dice:
“Por esto el cristianismo es escatológico: porque, según él, el sentido de la historia se halla, no en ella misma, sino en lo divino que irrumpe en ella, y cuya instancia primera y suprema es Jesucristo…el fin de la historia es Jesucristo, y todo acontecimiento histórico tiene sentido en tanto se relaciona con él”(21)
Mirando la historia y todo acontecimiento de ella por lo tanto aun el más insignificante a nuestros ojos o el más grande tendríamos que admitir que podríamos estar frente a una revelación escatológica, a esto se los llama “Sacramentos”, estos tienen el propósito de revelarnos la presencia de Dios a nuestros sentidos.
Un sacramento por lo tanto es uno de los momentos históricos que Dios ha escogido para dársenos a conocer(22). Es en este sentido que todo cristiano tiene que ver al pobre, al enfermo al encarcelado, tiene que ver la presencia de Cristo en ellos en forma sacramental, porque ahí está EL. El servicio cristiano no mira a la persona por muy vil que sea, sino que el sentido es ver a Dios con nosotros.
Entonces ellos también responderán, diciendo «Señor, ¿cuando te vimos hambrientos, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? El entonces les responderá, diciendo: «En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mi lo hicisteis(23)
Esto también se ha visto a lo largo de la historia cristiana como la Iglesia le ha dicho al mundo en este servicio sacramental a través del establecimiento de escuelas, orfanatos, hospitales, comedores, refugios y tantas otras instituciones benéficas, que vemos en el servicio a Cristo, por ende, un acto sacramental en donde Dios se ha manifestado a nosotros.
Para finalizar me uno a la advertencia que justo Gonzalez nos indica en su libro que he mencionado anteriormente:
Cuidémonos, sin embargo, de caer de nuevo en el error de negar la doctrina de la encarnación, si no ya pecando de docetas, pecando de ebionitas. El ebionismo, la doctrina de que en la culminación de lo humano se encuentra lo divino, nos llevaría a buscar la elevación económica y social de las personas antes de predicarles el evangelio.”(24)
“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”
Mateo 1:23 RV1960
Bibliografia
- Santa Biblia, versión Reina Valera 1960.
- Comentario Exegético al texto Griego del Nuevo Testamento de Mateo, Samuel Pérez Millos.
- Teología Sistemática, Luis Berkhof.
- Teología Sistemática. Charles Hodge D.D
- Teología Sistemática, Wayne Grudem
- Revolución y Encarnación, Justo L. Gonzalez.
- Cristo, el incomparable, John Stott.
- La confesión de fe de Westminster, G.I. Williamson.
(1) Esto es, Dios con nosotros
(2) Comentario exegético al texto griego del Nuevo Testamento. Mateo. De Samuel Pérez Millos. Pag. 119
(3) Evangelio de Juan1:14
(4) Teología Sistemática de L.Berkhof. 3°parte, 1° Sección Página 362
(5) idem
(6) Teología Sistemática, de Charles Hodge, D.D. Parte III, soteriología. Página 566
(7) Revolución y Encarnación, de Justo L. Gonzalez. Pagina 18
(8) Teología Sistemática de Wayne Grudem, 4 parte. Página 580
(9) Idem. Página 581
(10) Teología Sistemática de Wayne Grudem 4 parte página 582
(11) Cristo, el Incomparable, (texto digital) de John Stott. Página 58
(12) Adaptado de Cristo, el incomparable de John Stott
(13) Idem.
(14) Teología Sistemática de Wayne Grudem, Pagina 583.
(15) Nota al pie de página N° 36 de Wayne Grudem, en Teología Sistemática. Página 583
(16) Cristo, el incomparable de John Stott. Página 59
(17) Teología Sistemática de Charles Hodge, D.D. Página 570
(18) La Confesión de Fe de Westminster, G.I. Williamson. Capitulo VIII. Página 118
(19) Teología Sistemática de Wayne Grudem, (adaptado)
(20) Cristo, el incomparable de John Stott. Página 61
(21) Revolución y Encarnación de Justo Gonzalez Página 29
(22) Justo Gonzalez.
(23) Evangelio de Mateo 25:44-45
(24) Evangelio y encarnación Página 42